La necesidad de controlar todo lo que nos rodea y le malestar que genera el hecho de no hacerlo conlleva un malestar muy intenso que puede provocar la incapacidad de poder soltar. Ese malestar inicial de aceptar no tener el control y dejar ir es lo que nos lleva a mantener algunas cosas que no son beneficiosas en nuestra vida, como por ejemplo, relaciones sentimentales, amistades, dolor, duelos etc. Pero soltar no tiene que verse necesariamente con algo malo, lo más seguro es que sea más positivo que negativo. El miedo a ese cambio es natural. Por eso se necesita un trabajo interior para valorar que es aquello que nos hace mantener algo que no es bueno para nosotros y trabajar desde esa parte interior.
¿A qué nos aferramos y por qué?
¿Qué podemos hacer para poder soltar?
Cuando decidimos soltar o no siempre hay una renuncias, por un lado renunciamos a estar mejor o a permitirnos sentir y por otro lado estamos renunciando aquello que tuvo su función en un momento dado, como una relación. Esto es una lucha y puede resultar muy complicado, por ello es necesario:
Para mi, soltar es un sufrimiento momentáneo mientras que mantener aquello que no nos hace bien conlleva un sufrimiento permanente.
No olvides en ponerte en contacto conmigo si consideras que necesitas trabajar de una manera más concreta y profunda este estilo de comunicación.
Aquí te dejo otros artículos interesantes: