Cuando hablamos de patrones de conducta alimentaria nos referimos a la alteración normal de la ingesta (atracón o restricción) de alimentos con determinados propósitos de regulación emocional ante acontecimientos estresantes o seguir unos cánones de belleza establecidos a nivel social. En ocasiones, podemos encontrar claros estímulos detonantes que pueden alterar las conductas de alimentación como por ejemplo, la famosa “operación bikini”, las fechas señaladas como las navidades, o eventos especiales como puede ser una BODA.
En las bodas recae la mirada en los novios, sobre todo, me voy a permitir generalizar en las mujeres, teniendo por desgracia, gente alrededor que fomentan y estimulan que la novia se focalice en tener un cuerpo que “quepa” en un vestido precioso.
El hecho de probar el vestido de novia puede ser un sufrimiento bastante intenso y genera un malestar desde el miedo a no “verse guapa” con ese vestido.
Que la tienda de ropa tenga ya disponible las tallas y haya hecho un asesoramiento previo a la primera prueba es vital para sentirse cómoda y segura y que no sea un momento de sufrimiento, así como que asistan a las pruebas personas que eviten tener un juicio de valor negativo. La presión por estar guapa en un día en el que se establecen muchas expectativas, es por desgracia, un detonante para personas que sufren un TCA (trastorno de la conducta alimentaria)
¿Cómo se detona esta conducta? Puede empezar por una dieta, que te conlleve adelgazar unos pocos kilos para verte “maravillosa” el día de la boda, sin embargo, enseguida se puede convertir en una obsesión por controlar las calorías o tener actitudes de compensación como restringir alimentos, realizar un deporte excesivo o incluso alguna purgación como el vómito o los laxantes. Esto puede provocar incluso, la enfermedad de la persona.
Primero de todo, quiero recalcar que aunque la boda pueda ser un detonante para alterar la ingesta de alimentos, no es la causa única, ya que, hay que valorar los factores protectores que esa persona tiene, es decir, sus herramientas, sus creencias y sus apoyos emocionales externos.
Es muy importante entender por parte de familiares y allegados, que las personas que se encuentran en ese búcle, no lo hacen con toda la voluntad propia, sino como respuesta a la hora de intentar controlar algo y cumplir las expectativas, así como son compartimientos más compulsivos para gestionar emocionalmente. Por ello, es muy importante que la gente cercana evite hacer comentarios en relación al físico, ni culpabilice a la otra persona de su situación.
Identificar emocionalmente y reducir los factores de estrés van a ser grandes aliados para que no se tenga que desarrollar esa conducta. Identificar esos factores de estrés y plantear que es lo que se puede controlar de cada uno de ellos y que no. Fomentar las técnicas de relajación y modificar a hábitos de vida más saludables, intentando mantener un organización con la alimentación, como horas establecidas. Valorar tu discurso interno e intentar fomentar un dialogo mucho más benevolente contigo misma/o.
Esto solo son pequeños tips que puede ayudar a gestionar este momento tan complicado, no obstante, si consideras que es una situación que te provoca un malestar y un bloque muy fuerte, no dudes en ponerte en contacto conmigo y estaré encantada de asesorarte.
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